Entregan al CPG recursos Conacyt para estudiantes jefas de familia

Recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología por un monto cercano a los 3.5 millones de pesos para becas de 55 estudiantes jefas de familia, entregó el rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Juan Eulogio Guerra Liera a la directora general del Centro de Políticas de Género para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, Beatriz Eugenia Rodríguez Pérez.

Las becas se entregarán a las estudiantes del nivel superior que el Conacyt seleccionó de la convocatoria Apoyo a madres mexicanas jefas de familia para fortalecer su desarrollo profesional 2014.

En su mensaje, Guerra Liera dijo a las estudiantes que con la entrega de estos recursos se da un nuevo paso para asegurar su continuidad en las aulas, ya que una de las premisas sobre la que se sustenta la educación en todos sus niveles es la equidad.

“En el nivel superior este principio implica diversidad de aspectos; por un lado, la equidad se asume como una aspiración, pues a través del estudio se busca que las brechas sociales se reduzcan y todos encuentren oportunidades de bienestar individual, familiar y colectivo.

Al precisar que el recurso proveniente del Conacyt, perfectamente alineado con las políticas contenidas en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, da cumplimiento a este principio, el rector deseó a las estudiantes jefas de familia el mayor de los éxitos.

“Que este beneficio represente un parteaguas en sus vidas, que puedan contar con las condiciones para concluir de manera óptima sus estudios sin descuidar a sus hijos, y rescatemos juntos el valor de la familia, el estudio y el deseo de superación”, manifestó.

En su intervención, Beatriz Eugenia Rodríguez Pérez señaló que en las últimas décadas, los avances de las mujeres a todos los grados y modalidades del sistema educativo han sido notables, y las instituciones de educación superior han sufrido un proceso de feminización muy importante en su matrícula estudiantil.

Compartió datos de la ANUIES que señalan que a nivel federal la matrícula femenina en licenciatura ha crecido de 1970 a la fecha (en el ciclo escolar 2011-2012 se registraron un promedio de 104 mujeres por cada 100 varones), en tanto que a nivel UAS, de 128 mil 77 personas inscritas en 2013, el 51.5 por ciento fueron mujeres.

No obstante, dijo Rodríguez Pérez, persisten problemas e inequidades en la división entre las llamadas carreras “masculinas” y “femeninas”, es decir, una fuerte segregación disciplinaria que reproduce estereotipos e impacta en el mercado laboral por prestigio y salarios en claro detrimento hacia las mujeres.

La especialista en estudios de género también consideró como otro asunto trascendente el hecho de que la matrícula femenina sigue siendo menor en el posgrado ya que se reduce en el doctorado.

“Así, pese a que las cifras pueden evidencias una mejora en el acceso y participación del as mujeres, es evidente que poco se habla de las condiciones en las que permanecen y egresan. Con frecuencia tienen que enfrentar numerosas dificultades, por lo que no hay que confundir los procesos de feminización con la equidad de género”, subrayó.

Rodríguez Pérez añadió que es importante interrogarse sobre cuál es el impacto de la educación en la vida de las mujeres, si teóricamente se dice que el acceso a esta constituye un factor estratégico para que consigan una mayor autonomía, capacidad y poder de decisión.

Explicó que el aumento de embarazos precoces, situaciones de separaciones, divorcios, migraciones masculinas y viudez, hacen que las mujeres queden solas, al frente del cuidado y manutención de hijas e hijos, y se incrementen las jefaturas femeninas en los hogares.

“Afortunadamente, desde 2009, hay apoyos para que la maternidad no sea un obstáculo para el ingreso, permanencia y egreso de las mujeres en la educación. Un apoyo invaluable para las IES han sido los recursos PIFI con los cuales se impulsan actividades específicas, particularmente sostener la estancia para hijos e hijas de estudiantes en el caso de la UAS”, agregó.

Citó el apoyo con becas de la SEP, del Conacyt, entre otros recursos etiquetados, manera en el que gobierno mexicano financia la transversalización de la perspectiva de género, lo cual es producto de políticas internacionales liderados por Naciones Unidas, como UNESCO y ONU-Mujeres, e impulsadas por el movimiento amplio de mujeres o feministas.

La directora del Centro de Políticas de Género de la UAS abundó que en el debate acerca de incorporar la perspectiva de género en las instituciones de educación superior ha sido alentada por el Plan Nacional de Desarrollo, la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, por organismos como el Congreso de Unión, Inmujeres, ANUIES, SEP, Conacyt, y por supuesto la UAS que apoya a las estudiantes jefas de familia con becas internas, exoneraciones de colegiaturas, cambios de horario, entre otros.

Beatriz Eugenia Rodríguez Pérez enfatizó que es necesario impulsar acciones, programas y políticas diseñadas específicamente para adentrarse en las prácticas, en las leyes y en las estructuras instituciones. “Pero, sobre todo, se trata de llevar la propuesta ética que subyace a los estudios de género al plano cultural de las relaciones interpersonales”.

Finalizó su discurso diciendo que “uno de los mayores retos que enfrentamos es abordar la diferencia y la otredad como parte de un discurso democrático, de justicia y compromiso social”. (8 de septiembre de 2014)